Uno de los errores más comunes entre los apostadores es arriesgar demasiado dinero en una sola jugada. Por eso, una gestión adecuada del bankroll (capital destinado a apuestas) es fundamental. Esto significa apostar solo un pequeño porcentaje de tu fondo total (por ejemplo, entre el 1 % y el 5 %) por cada pronóstico. Así reduces el riesgo de pérdidas catastróficas y mejoras tus posibilidades de éxito a largo plazo.